Maldita suerte la mía que me tocó ser miembro de mesa; o mejor dicho, fuí Primer Suplente, y en vista que el presidente de mesa no se presentó, pasé automáticamente a tomar el puesto del mencionado miserable. Gracias a Dios me tocó ser miembro en mi colegio, lugar donde atesoro los más cálidos recuerdos de mi infancia, donde conocí a mis mejores amigos, que son como mis hermanos hasta el día de hoy, y de donde me botaron inevitablemente como a un perro sarnoso por malcriado.
Ahora, a lo que iba...
No seré Bolognesi ni Grau, ni Alfonso Ugarte, (que aunque nos duela admitir, lo más probable es que lo hayan aventado del morro de una patada, porque ningún caballo es tan idiota para tirarse por su propia voluntad) pero de todas maneras voy a tratar de gestionarme un nicho en la Cripta de los Héroes, ya que tengo el orgullo nacionalista de haberme bajado siete votos de infeliz de Humala durante el escrutinio, pasándolos a las filas de los votos nulos.
Yo me resisto a permitir que los brutos y los acomplejados de los pezuñentos Humalistas manden a mi país por el water, solo porque un cachaco huachafo les promete atrocidad y media.
Para todos aquellos peruanos que quieran conocer cómo se hace eso, pasaré a describir el procedimiento:
1. Ser peruano, Presidente de Mesa, y tener los cojones bien puestos y listos para hacer patria sin mariconadas ni remilgos.
2. Valiéndonos de nuestra condición de Presidente de Mesa, al término de las votaciones, indicaremos de forma cortés pero autoritaria al Secretario y Tercer Miembro, que seremos nosotros quienes abriremos el ánfora y las cédulas mientras ellos firman las actas "para ir ganando tiempo"
3. Aprovechando que los otros miembros se encuentran distraídos, tomaremos el lapicero oficial de la ONPE (puede ser cualquier lapicero, pero haremos esto para darle el toque irónico a la cosa) y rayaremos los votos Humalistas hasta invalidarlos por completo.
4. Mientras los miembros continúan firmando, marcaremos el candidato de nuestra preferencia en todos los votos en blanco que vayamos encontrando en el camino. Mientras no sea Humala, por supuesto, ni Alan, si Dios quiere.
5. Contaremos los votos junto con los otros miembros, a fin de pasar los números correctos a las actas (es decir, los números que nos convienen) y de evitar que los demás nos hagan exactamente la misma cagada que acabamos de hacer nosotros.
6. Con la conciencia satisfecha y el orgullo hinchado como un globo aerostático, pediremos permiso para retirarnos al baño y borrarnos del mapa, dejando a los otros miembros la tarea de quedarse hasta más tarde y entregar las actas, cédulas y material de mesa al personal de la ONPE, no sin antes, por supuesto, llevarnos los stickers tridimensionales que están cotizadísimos, ya que hoy en día, hasta el más modesto centavito nos sirve.
Así que ya saben, todos los peruanos pensantes y verdaderos nacionalistas, deberán seguir las indicaciones arriba descritas, y no tendremos nada que temer. Yo sé que todo esto no es del agrado de muchos, pero en fin, como dijo el Verdugo: "No se puede ser amigo de todo el mundo"; Lo que es yo, tengo como meta mínimo veinte votos Humalistas tirados por tierra.
Viva la democracia y Viva el Perú.
